Volver a

11 de Abril
¿Has sentido ardor o incomodidad al orinar? ¡Tranquila! No estás sola, muchas mujeres hemos pasado por esto. Estas molestias suelen ser causadas por una infección urinaria leve, una condición más común de lo que imaginas y que puede afectarnos a todas, sin importar la edad.
¿Te has preguntado por qué ocurre o cómo puedes prevenirlas? Aquí encontrarás las respuestas que necesitas. Te explicamos qué son las infecciones urinarias, cómo tratarlas y, sobre todo, cómo evitar que sucedan nuevamente.
Conocerlas es el primer paso para prevenirlas, así que quédate con Nosotras y descubre todo lo que necesitas saber para cuidar tu bienestar íntimo.
Una infección urinaria es una afección provocada por la entrada de bacterias al tracto urinario, las cuales pueden llegar a la vejiga y, en casos más graves, extenderse a los riñones, los uréteres o la uretra.
Las infecciones urinarias leves suelen quedarse en la vejiga, donde causan molestias manejables. Sin embargo, si la infección alcanza los riñones, es fundamental actuar rápidamente, ya que puede derivar en complicaciones más serias que afectan tu salud general.
Las mujeres somos más propensas a experimentar una infección urinaria que los hombres, porque nuestra uretra es más corta, lo que facilita el ingreso de las bacterias a la vejiga; pero, ser mujer no es el factor de riesgo máximo, hay muchos otros a los que debes prestarle atención:
Los antecedentes previos de infecciones urinarias te hacen más propensa a volver a padecer la afección, porque tu vejiga está mucho más sensible y puede ser que algunas bacterias nunca se hayan ido del todo.
Una vida sexualmente activa favorece la aparición de infecciones urinarias porque las bacterias pueden introducirse de manera mucho más sencilla y rápida, además de que tienden a permanecer en la vejiga y la uretra, especialmente si no orinas después del sexo.
Ciertos métodos anticonceptivos como el diafragma o los espermicidas, afectan la flora vaginal causando irritaciones en la uretra y aumentando el riesgo de contraer infecciones.
Un sistema inmunológico débil hace que la capacidad para combatir ciertos agentes infecciosos sea menor y, además, hace que la regeneración de los tejidos sea más lenta, lo que disminuye nuestra capacidad para eliminar las bacterias invasoras.
La presencia de ciertas condiciones médicas como la diabetes o enfermedades de riñón debilitan el sistema inmune y hacen que la cantidad de glucosa en la orina aumente, lo que favorece la expansión de las bacterias; además de que el pH de la orina se altera.
La mala higiene es sin duda uno de los factores que más favorece la aparición y el desarrollo de las bacterias dentro de nuestro organismo. Esto suele ser mucho más común en las niñas que están aprendiendo a ir al baño.
Aunque no es el factor de riesgo más determinante, la edad sí influye en la aparición de infecciones urinarias. A mayor edad, más riesgo, porque la anatomía del cuerpo cambia, la Zona V se ve afectada y esto favorece la reproducción de las bacterias.
Cada cuerpo es único y responde de manera diferente, pero hay algunos síntomas comunes que muchas mujeres experimentamos cuando enfrentamos una infección urinaria. Si identificas alguno de estos, presta atención y acude a un médico:
Dolor o ardor al orinar.
Necesidad frecuente o urgente de ir al baño.
Orina turbia, con sangre o mal olor.
Dolor en la parte baja del abdomen o la espalda.
Sensación de presión en la vejiga.
Estos síntomas suelen aparecer cuando la infección está localizada en la vejiga, una condición conocida como cistitis. Sin embargo, si no se trata adecuadamente, la infección puede llegar a los riñones, causando complicaciones más graves con síntomas como:
Fiebre.
Náuseas y vómitos.
Dolor intenso en la espalda o el abdomen bajo.
Escalofríos.
Identifica y trata las infecciones urinarias a tiempo para evitar complicaciones. Escucha a tu cuerpo y consulta con un especialista si presentas alguno de estos síntomas.
Así mismo como los síntomas pueden variar, sin duda, los tratamientos en cada caso particular, también lo harán. El tratamiento de una infección urinaria generalmente implica el uso de antibióticos para eliminar las bacterias… ¡¿En serio es tan grave?! No te alteres, las infecciones urinarias rara vez son preocupantes, pero debes llevar el tratamiento adecuado y completar el curso completo de antibióticos que te envíe el médico, (aun cuando los síntomas hayan disminuido o desaparecido) porque esto te asegurará que tu cuerpo tendrá mejores herramientas para combatir posibles infecciones futuras.
Aunque los antibióticos son la punta del iceberg y, sin duda, lo más esencial en un tratamiento infeccioso, hay otros cuidados y hábitos que serán de mucha ayuda en todo este proceso para combatir todas las bacterias.
Por ahí dicen que es mejor prevenir que lamentar y esta frase sí que cobra sentido cuando se trata de mantener bien nuestra salud íntima. Ninguna de Nosotras quiere tener una infección urinaria, así que, para que definitivamente le digas a las bacterias, ¡aquí no es!, te dejamos estas recomendaciones que te serán de mucha ayuda:
Mantén una excelente higiene: recuerda tener un jabón especial para tu Zona V siempre que te bañes, así estarás siempre limpia y fresca, evitando que las bacterias se acumulen y multipliquen. No olvides que no se debe lavar el conducto vaginal, solo la parte externa de la vulva.
Bebe suficiente agua: esto no solo te ayudará a mantener una excelente hidratación, sino que también favorecerá la expulsión de bacterias a través de la orina.
Orina después de tener relaciones sexuales: todas las bacterias que se pudieron haber acumulado en tu tracto urinario, se expulsarán a través de la orina, por lo que es esencial que incluyas este hábito.
Evita usar productos de higiene menstrual por un tiempo muy prolongado: las Toallas Higiénicas, los Tampones y los Protectores Diarios, son excelentes aliados en tu vida cotidiana, pero debes tener presente que cambiarlos con frecuencia es necesario para mantener una excelente higiene de tu Zona V y prevenir posibles infecciones.
Una buena higiene íntima va más allá de una adecuada limpieza; por ejemplo, también es primordial que cuides las parejas sexuales que tienes, porque los flujos compartidos pueden, no solo generarte una infección, sino también una Enfermedad de Transmisión Sexual (ETS).
La mayoría de las infecciones urinarias son causadas por bacterias, siendo la Escherichia coli (E. coli) la más común. Esta bacteria ingresa al tracto urinario a través de la uretra y se multiplica en la vejiga. Pero, ¿cómo ocurre esto? A continuación, te explicamos las causas más frecuentes:
Actividad sexual: la actividad sexual puede facilitar la entrada de bacterias al tracto urinario debido a la irritación y fricción durante las relaciones. Por eso, es importante protegerte utilizando condón, no solo para prevenir infecciones urinarias, sino también para evitar el contagio de Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS).
Anatomía femenina: la anatomía femenina contribuye al riesgo de infecciones urinarias, ya que la uretra está ubicada cerca del ano. Esto incrementa la posibilidad de contaminación bacteriana, especialmente en niñas que aún están aprendiendo como limpiarse correctamente.
Factores hormonales: los cambios hormonales durante el ciclo menstrual, el embarazo o la menopausia pueden alterar la composición del moco vaginal y la flora bacteriana, aumentando la vulnerabilidad a infecciones urinarias.
Obstrucción del flujo urinario: condiciones como cálculos renales, estrechamiento de la uretra u otros problemas estructurales pueden dificultar el vaciado completo de la vejiga. Esto crea un ambiente favorable para el crecimiento de bacterias en el tracto urinario.
Además del tratamiento con antibióticos que debe ser recetado por tu médico o ginecóloga de confianza, puedes tomar algunas medidas caseras que te ayuden a aliviar un poco el malestar causado por la infección, para que seas tú quien gane la batalla:
Aplicar compresas calientes en el abdomen puede ayudarte a minimizar un poco el dolor, similar a lo que haces cuando tienes cólicos menstruales.
¡Toma mucha agua! Debes beber suficientes líquidos para que las bacterias salgan a través de la orina.
Algunos medicamentos de venta libre pueden ayudarte a aliviar el dolor e incomodidad.
¿Sabías que las infecciones urinarias se dividen en varios tipos? Cada una tiene características y síntomas específicos. Aquí te explicamos los más comunes para que los identifiques fácilmente:
Cistitis: esta es la forma más común de infección urinaria en mujeres y causa la inflamación de la vejiga. Los síntomas incluyen dolor o ardor al orinar, urgencia y mayor frecuencia para ir al baño, orina turbia o con mal olor, y dolor en la parte baja del abdomen.
Uretritis: la uretritis es una infección de la uretra, el conducto que transporta la orina desde la vejiga hacia afuera del cuerpo. Los síntomas más comunes son el dolor o ardor al orinar, picazón en la uretra y flujo de color extraño que indica alerta.
Pielonefritis: esta es una infección del riñón, que generalmente se desarrolla como resultado de una bacteria que se ha propagado desde la vejiga o los uréteres hasta los riñones. Los síntomas pueden incluir dolor intenso en la parte lateral o posterior del abdomen, fiebre, escalofríos, náuseas y vómitos. Es quizá el tipo de infección más delicado, porque se da, casi siempre, por una cistitis mal cuidada, así que, ¡presta atención a los síntomas desde el principio!
La Vaginosis Bacteriana (VB) es una infección vaginal común en las mujeres, pero durante el embarazo puede aumentar el riesgo de complicaciones como parto prematuro o bajo peso del bebé al nacer. Esto ya es una súper señal de alerta, porque, aunque la vaginosis bacteriana debe ser un tema de atención para cualquier mujer, durante el embarazo es ¡primordial! que recibas un tratamiento rápido y eficaz, para evitar que el bebé se vea afectado.
La vaginosis bacteriana puede ser tratada eficazmente con antibióticos. Sin embargo, el tratamiento adecuado varía según cada caso, ya que cada cuerpo es diferente y debe considerarse cualquier condición médica previa. Por eso, es fundamental acudir a un médico antes de tomar medicamentos por cuenta propia, especialmente durante el embarazo, para evitar complicaciones y garantizar un tratamiento seguro.
Ahora que conoces más sobre las infecciones urinarias y cómo cuidarte, recuerda que prestar atención a tu salud íntima es esencial. Aunque son comunes, estas afecciones no deben normalizarse, ya que pueden causar incomodidad y afectar tu calidad de vida.
Hola , ¿puedo ayudarte?
Déjanos tus comentarios