¿Próstata femenina? ¡Aprendamos sobre las glándulas de Skene!
Si también te preguntaste si solo los hombres tienen próstata, ¡pues no! Nosotras las mujeres también tenemos nuestras propias glándulas encargadas de la eyaculación y se conocen como glándulas de Skene, ¡wow! Es que nuestro cuerpo cada vez nos sorprende más. Siéntate, ponte cómoda, ve por algo refrescante y conozcamos juntas qué son estas glándulas, cuál es su función y dónde las podemos encontrar.
¿Qué es la glándula de Skene?
Nuestra anatomía femenina es perfecta y, por supuesto, si los hombres tienen próstata las mujeres tenemos las glándulas de skene o también conocidas glándulas uretrales. Son pequeñas y, generalmente no podemos notarlas, sin embargo esto varía de una mujer a otra. Como dato curioso fueron descubiertas en 1672, pero solo hasta 1880 un ginecólogo escocés, Alexander Skene, a quien se le atribuye su nombre, pensó en escribir sobre ellas.
¿Dónde están ubicadas las glándulas de Skene?
Las glándulas de Skene rodean la uretra y desembocan en el vestíbulo, justo cerca de la abertura de la vagina. Son dos pequeñas glándulas que se encuentran a ambos lados de la uretra. Generalmente, estas glándulas son más notorias cuando pasamos por periodos fértiles, y suelen atrofiarse o hacerse mucho más pequeñas cuando transitamos la menopausia.
¿Cuál es la función de las glándulas de Skene?
Las glándulas de Skene son las encargadas de secretar un líquido incoloro o blanquecino durante el coito, a través de la uretra. Sin embargo, este líquido no es lo mismo que la lubricación vaginal, que ocurre mucho antes, durante la estimulación sexual. Aunque las glándulas de Skene también se pueden estimular, su función está más relacionada con el orgasmo.
Se dice que esta secreción, la cual está compuesta por creatinina, enzimas y glucosa, puede hacer que los espermatozoides se muevan más rápido y facilite la fecundación, es decir, el encuentro con el óvulo para que ocurra un embarazo. pero ¡ojo! esto solo son especulaciones.
El papel de la glándula de Skene en la eyaculación femenina
Porque sí: ¡las mujeres también eyaculamos! Y las glándulas de Skene tienen mucho más que ver en esto de lo que imaginabas.
Estas glándulas, como te dijimos anteriormente, liberan un líquido durante el orgasmo que sale por la uretra, parecido a la eyaculación en los hombres, pero con algunas diferencias. Este líquido es parte de la respuesta natural de nuestro cuerpo al placer y puede variar mucho de una mujer a otra.
¿Por qué las glándulas de skene se inflaman?
Las glándulas de Skene pueden obstruirse e inflamarse, y esta es la parte “no tan chévere” de la historia. El motivo por el cual esto puede suceder es por un bloqueo en el conducto de estas glándulas que hace que el líquido quede atrapado y no pueda salir, esto debido a una posible infección o acumulación de bacterias. Si no se trata a tiempo puede causar molestias o pequeños quistes.
Síntomas de inflamación de las glándulas de Skene
Mantente muy atenta y si notas algo extraño en tu Zona V que te está generando incomodidad, ¡no dudes en agendar una visita con tu ginecóloga de confianza! Estos pueden ser algunos síntomas de quistes o inflamación en las glándulas de Skene:
Dificultad al momento orinar
Dolor durante la micción
Zona V un poco hinchada o inflamada
Aparición de una pequeña masa o bolita alrededor de la uretra
Infecciones urinarias
Un bulto con pus, conocido como absceso, acompañado de fiebre
Quistes de la glándula de skene
Si el líquido se acumula, puede formarse un quiste. Estos quistes suelen ser pequeños, de aproximadamente 1 centímetro, pero si crecen más, pueden incluso dificultar que la orina salga con normalidad por la uretra o que haya dolor durante nuestras relaciones sexuales. ¡Pero calma, no hay que asustarse! Lo primero que tenemos que hacer es estar muy atentas a cualquier síntoma inusual en nuestra Zona V.
Tratamiento para la inflamación de las glándulas de Skene
Será el médico quien determine, a través de un diagnóstico por exploración pélvica, mediante ecografía o cistoscopia, si el quiste debe ser extirpado. En otros casos más leves, puede ser tratado con analgésicos, antiinflamatorios o antibióticos, ¡pero siempre sigue la instrucción de tu ginecóloga!
Aprender algo nuevo como esto todos los días abre nuestra mente y nos invita a conocer cada vez más nuestro cuerpo, porque entender cómo funciona nos ayuda a cuidarlo mejor y a sentirnos más seguras.
Fuentes
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