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5 de Marzo
itud.Existen tantos tipos de piel que podríamos decir que sus clasificaciones a veces no les hacen justicia. De hecho, creemos que cada piel es como tú; única, inigualable e irrepetible. Sin embargo, hay algo que todas las pieles tienen en común: todas en algún momento de la vida, tienen acné.
Y es así como el acné insiste, a veces más frecuentemente, en aparecer en nuestro rostro o espalda y cual si fuera villano, insistimos siempre en atacarlo de la peor manera, ¡con nuestras manos!
Lo cierto es que el acné puede tener muchas causas poco controlables. Por ejemplo, existe acné en los recién nacidos, acné vulgar, acné hormonal, acné menstrual, entre muchos otros que suelen pasar. No obstante, el acné es tan cotidiano que lo raro sería que nunca lo experimentemos. Por ello, te queremos contar todo lo que necesitas saber de uno de los tipos más frecuentes en Nosotras las mujeres: el acné menstrual.
El acné hormonal está vinculado, como su nombre lo dice, a cambios en las hormonas. La diferencia con el acné menstrual es que el primero puede aparecer en diferentes días del ciclo e incluso en etapas como la menopausia, el síndrome de ovario poliquístico o con altos niveles de andrógenos.
Si quieres conocer más acerca de los andrógenos puedes enterarte de todo su mundo aquí.
El ciclo menstrual dura aproximadamente 28 días, en los cuales tus hormonas están en niveles diferentes; en ocasiones muy arriba y en otras muy abajo. Si te encuentras en los primeros días, tu cuerpo es mayormente dominado por los estrógenos y al finalizar, por la progesterona.
Si has logrado identificar que tienes brotes entre 7 y 10 días antes de tu ciclo menstrual, se debe a que las dos hormonas anteriormente mencionadas, descienden a niveles muy bajos para descomponer el endometrio y terminar en el sangrado.
Muy bien sabemos que no es tarea fácil aprender a distinguir entre los diferentes tipos de acné que podemos presentar. Además, aún nos faltan años luz para que con lo que leemos en internet nos podamos graduar de Dermatología. Así que, aunque siempre sea mejor ir de la mano de un experto, te contamos algunas de las características del acné menstrual.
Los brotes pueden encontrarse en la barbilla, mejillas y pecho.
Su apariencia se asemeja a pequeños bulticos rojos que pocas veces llegan a convertirse en espinillas.
Cuando tus cambios hormonales influyen en tu estado de ánimo, los cambios fisiológicos se convierten en el paraíso perfecto para la aparición del acné.
Al aumentar los niveles de progesterona en el cuerpo, tu piel puede tener una apariencia más grasosa.
Por fortuna y aunque el acné puede aparecer de muchas formas y colores, la regla de oro es, por muy tentador que luzca, jamás intentar extraerlos, pues lo único que conseguirás es que la irritación dure por más tiempo y al final se conviertan en mancha o cicatriz.
Para tratar el acné menstrual existen varias opciones, las cuales traerán consigo resultados con tu constancia. Conozcamos algunas de ellas. Aunque recuerda que siempre es muy importante contar con una opinión dermatológica.
Cremas y limpiadores: Existen muchas cremas de venta libre que pueden ayudarte a mejorar la apariencia del acné. Sin embargo, te recomendamos siempre asesorarte de un profesional para no causar un resultado adverso.
Antibióticos: Algunos medicamentos ayudan a eliminar bacterias en la piel y a disminuir el enrojecimiento.
Anticonceptivos: Los anticonceptivos orales suelen tener una carga importante de hormonas que ayudan a disminuir el acné menstrual y el dolor en los cólicos menstruales.
Alimentos: Los alimentos de origen vegetal contienen antioxidantes que ayudan a reducir la inflamación y generan una piel más limpia. Te recomendamos eliminar el consumo de azúcar o carbohidratos refinados como el pan blanco.
Recuerda, ¡es solo una etapa!
Por último, pero no menos importante, ten siempre presente que el acné, por muy terrible que parezca, siempre puede ser controlado y hace parte de etapas momentáneas en tu vida. Tu rostro, tu espalda o la zona en donde este aparezca no define tu belleza ni mucho menos tu valor. Por el contrario, hace parte de una característica de nuestra piel que todos, en menor o mayor medida, tenemos, y como siempre podemos aceptarla con amor y mucha actitud.
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