Volver a
23 de Junio
Cambiar. Sí, es justo lo que todas necesitamos cuando ya no queremos lucir más así y no reconocemos a la chica que vemos en el espejo. Cambiar. Sí. Para volver a empezar, porque se vale hacer borrón y cuenta nueva, y sabemos que esta sensación nos la puede dar hasta un cambio en el pelo. Un nuevo color, un corte distinto, un look que nos diga esta SÍ eres tú; un look que nos guiña el ojo para decirnos: ¡Bye bye al pasado, mira hacia adelante! Y qué bien se siente.
Existen diferentes motivos por los cuales deseamos un nuevo look:
Es normal llegar a un punto de nuestras vidas en el que simplemente estamos cansadas de lucir iguales y hacemos a un lado el miedo de que el cambio no nos siente bien, pues en caso tal de no gustarnos, solo cambiamos nuevamente. Chicas, el pelo vuelve a crecer y se puede volver a teñir, es algo que tiene solución.
También es parte de la vida pasar por momentos difíciles que queremos dejar atrás y cambiar el look es una forma de materializar ese sentimiento. Es la manera como reflejamos una decisión, es la palabra que nunca expresamos hecha color chocolate o balayage rubio; es un grito transformado en estilo que nos hace volver a respirar en paz e irradiar un nuevo brillo.
Por otro lado, buscamos un cambio para enfrentar nuevos retos como trabajos, viajes o proyectos y deseamos que ese corte nos regale más autoconfianza.
Por eso, a un cambio de look en nuestro pelo también lo podemos llamar terapia. Como afirma la revista de moda y belleza, Vogue, puede ser un catalizador de sentimientos positivos; mejora el estado de ánimo cualquiera sea la razón del por qué se hizo.
Es importante observar al cuerpo que habitamos, saber qué queremos para él y hacer de él el reflejo de nuestra personalidad, de lo que realmente somos, y qué mejor que empezar por nuestro pelo. Nos sentiremos renovadas y con ganas de comernos el mundo entero.
¡No eres la única! Cuando estamos en un proceso de transformación so sorry, pero el cambio debe ser completo. Y lee bien: no necesariamente por vanidad (aunque querer vernos hermosas y robar miradas no está de más), sino por bienestar.
Visitar la peluquería, irnos de shopping o ir al gimnasio son caricias al alma tan necesarias como los cambios que está enfrentando nuestro interior en ese momento. Es una señal de que estamos dando un paso adelante para convertirnos en la mejor versión.
Cuando nos digamos: “Quiero un cambio de look en mi pelo”, no lo pensemos dos veces. Salgamos de nuestra zona de confort y visitemos nuestro estilista, quien nos asesorará con respecto a la forma de la cara y estilo de vida, y no solo nos hará ver supremamente bellas, sino que nos hará sentir mega ponderosas.
Recuerda algo súper importante: un cambio de look no significa que no nos amemos ni no nos aceptemos como somos. Consentirnos también es amor propio, es habitar un cuerpo que merece cariño y él nos guía de acuerdo a lo que necesita, solo es cuestión de aprenderlo a escuchar.
Te invitamos a leer también este artículo que te puede interesar: Rutinas de amor propio según tu generación.
Hola , ¿puedo ayudarte?
Déjanos tus comentarios