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8 de Septiembre
El orden de los factores ‘sexo y amistad’ sí altera el resultado.
Con las últimas temporadas de Élite y La Casa de Papel se ha puesto de moda un término que te apuesto a que lo leerás con el acento de Tokio y Nairobi: FOLLAMIGOS.
Aunque no era muy amante de las clases de matemáticas siempre me pregunto si el orden de los factores altera el producto, porque no me queda muy claro si los “folla-amigos” son personas con las que tienes relaciones sexuales PERO solo son amigos; o si los follamigos son personas con las que tienes una amistad pero de vez en cuando tienes relaciones sexuales.
Aparentemente no hay mucha diferencia, pero precisamente está en el orden en el que se dan las cosas: primero trin y después tran, o primero tran y después trin. Porque no es lo mismo un follamigo que un amigovio, ¿verdad? Los primeros están más cerca de ser amigos y los segundos están más cerca de ser novios.
En fin, diferencias de títulos que te aseguro que no entienden nuestros papás.
Empecemos por definir lo que para nosotras es necesario para tener sexo: ganas y que la otra persona te inspire confianza; así que ante la pregunta de si es posible o no acostarse con un amigo, parece que al amor hace rato lo sacamos de esa colada, así que sí, SEXO y AMISTAD sí son dos palabras que conjugan en nuestro idioma… aunque al mismo tiempo sean la delgada línea más finita del mundo de las delgadas líneas; tanto, que a veces se vuelve invisible.
La pregunta del millón es cuál “funciona” mejor de los dos (follamigos o amigovios); y yo, de entrada te digo que estoy convencida que si primero tran (amistad) y después trin (sexo), esa ecuación ya nunca más volverá a ser igual… el resultado casi siempre serán números negativos.
Pero si cambiamos el orden de los factores el resultado sí puede dar positivo, porque cuando conocemos a alguien y decidimos tener relaciones, no tenemos nada que perder. Además, siempre puede nacer una amistad de algo que no alcanzó el puntaje suficiente para ser amor.
En cambio, cuando decidimos acostarnos con un amigo, lo único que podríamos ganar sería placer (y eso… porque sería de un pequeño momento y después podría haber espacio para el arrepentimiento, las inseguridades, los celos, etc).
Tal vez es cuestión de personalidad, pero acostarme con un amigo es un riesgo que yo prefiero no correr porque en mi lista de prioridades la salud mental y la amistad, son más importantes.
Y porque el sexo es una negociación y en los negocios siempre siempre hay letras pequeñas.
Atentamente,
Ana Listas.
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